Para dar respuesta a la pregunta: ¿A qué tipo de anestesia debo someterme en una liposucción? primero debemos saber la cantidad de zonas que deberemos liposuccionar. Si se trata de zonas aisladas y/o de poca extensión (solamente piernas, papada, etc.), podremos valorar realizarla con anestesia raquídea (en caso de que se trate de miembros inferiores) o local y sedación.
¿Anestesia local o general en una Liposucción?
La situación más frecuente es aquella en la que debemos liposuccionar depósitos de grasa de múltiples regiones de cuerpo, tanto a nivel anterior como posterior. En estos casos, la respuesta es fácil: nosotros recomendamos encarecidamente realizar la liposucción bajo anestesia general, dado que lo prioritario es la comodidad y seguridad del paciente y, contrariamente a lo que podáis pensar, la anestesia general no es más peligrosa que una anestesia local con sedación.
Contrariamente a lo que podáis pensar, la anestesia general no es más peligrosa que una anestesia local con sedación
Decimos esto porque la anestesia general nos permite controlar prácticamente al milímetro todas las constantes vitales del paciente (tensión arterial, frecuencia cardíaca, relajación muscular, etc), asegurando que haya una mayor estabilidad del paciente. Además, a nosotros los cirujanos nos permite trabajar con mayor comodidad, por lo que la definición que podemos lograr es más precisa y nos permite ser más predecibles en cuanto al resultado.
Para mayor seguridad, durante la intervención realizamos un análisis continuo del nivel de conciencia cerebral para asegurarnos que no notáis dolor en ningún momento mediante el sistema BIS.
Uso de anestesia en la Clínica Guilarte
El miedo a la anestesia suele ser una de las preguntas recurrentes en la primera visita. Respecto a ello debéis saber que antes de la intervención se os hace un preoperatorio completo que posteriormente es analizado por nuestros anestesiólogos de confianza, con los que llevamos muchos años trabajando. Además, que el tiempo que estáis bajo anestesia general es entre hora y media y tres horas, lo que consideramos un procedimiento quirúrgico relativamente rápido y con una recuperación tras la anestesia muy veloz, prácticamente os despertáis “como de la siesta”. Inmediatamente tras la intervención pasaréis a la REA o sala del despertar, donde los anestesiólogos vigilarán vuestras constantes durante unos minutos previo a dar el visto bueno para que se os traslade a vuestra habitación, donde solamente os tendréis que ocupar de una cosa: ¡de descansar!